miércoles, 23 de junio de 2010

Recuperación de septiembre 1º de Bachillerato D

Constará de:

  • Dos ejercicios de formalización y deducción lógica (4 puntos).
  • Pregunta de las habituales sobre la primera evaluación: unidasdes 1 y 2 del libro. (3 puntos)
  • 1 Trabajo que desarrolle el tema "Metafísicas idealistas y materialistas". (Ojo con copiarlo y pegarlo de internet, que me doy cuenta).

Buen verano a todos

lunes, 21 de junio de 2010

Novedades sobre notas de B1D

Hola a todos.

Al final, le quedan Filosofía para septiembre a Carlos, Irene, Luis Enrique y María P.

Os diré qué tenéis que prepararos para septiembre. No es difícil.

Nos vemos en la entrega de notas.

Notas Primero de Bachillerato

Como todavía voy a pensarme alguna que otra nota hasta la Junta de Evaluación, y como quiero evitar favoritismos, no tengo más remedio que guardar silencio por ahora.

A los que os quede la asignatura para septiembre, pero no habéis llevado muy mal el curso, os daré indicaciones para que os sea cómodo aprobarla entonces si seguís mis orientaciones.

Se abrirá un horario oficial de reclamaciones por si queréis ver vuestros exámenes.

Feliz verano,
Rubén.

martes, 1 de junio de 2010

Algunas recomendaciones para empezar a comentar textos filosóficos

  1. Leer subrayando los conceptos o ideas clave.
  2. Después de leer, orientándose por los subrayados, determinar cuál es la idea o tesis principal del texto y cuáles las ideas secundarias (es decir, las que están en segundo plano o refuerzan la tesis principal: argumentos, ejemplos, analogías, citas, etc.) Como regla general, la tesis principal podría hacer las veces de título para todo el texto.
  3. Mostrar la estructura del texto. En general, podemos encontrarnos con cuatro tipo de estructuras:
  • Analizante: la tesis principal se enuncia al principio y después se desarrolla. La estructura tiene forma de pirámide. Como el discurso va de lo general a lo particular, a veces esta estructura recibe el nombre de "deductiva".
  • Sintetizante: el desarrollo del texto concluye con la enunciación de la la tesis principal. La estructura tiene forma de pirámide invertida. Como el discurso va de lo particular a lo general, a veces esta estructura recibe el nombre de "inductiva".
  • Encuadrada: se enuncia en la introducción la tesis principal, después se desarrolla y por último se concluye repitiendo otra vez la tesis principal. Es el esquema del discurso clásico tripartito: 1. Introducción; 2. Desarrollo; 3. Conclusión.
  • Paralela: dos o más tesis o ideas principales se exponen sin que haya una subordinación jerárquica entre ellas.

Ejemplos de textos filosóficos

Como ejercicio, se puede indagar si los textos poseen una estructura analizante o sintetizante.

1. AUGUSTE COMTE

Para explicar convenientemente la verdadera naturaleza y el carácter propio de la filosofía positiva, es indispensable, desde un principio, echar una mirada retrospectiva a la marcha progresista del espíritu humano considerado en su conjunto, ya que cualquiera de nuestras especulaciones no puede ser bien comprendida más que a través de su historia.

Así, al estudiar el desarrollo total de la inteligencia humana en sus diversas esferas de actividad, desde sus orígenes hasta nuestros días, creo haber descubierto una gran ley fundamental, a la cual está sujeto este desarrollo con una necesidad invariable y que me parece que puede ser sólidamente establecida, bien con pruebas racionales que nos proporciona el conocimiento de nuestra organización, bien con las verificaciones históricas que resultan de un atento examen del pasado. Esta ley consiste en que cada una de nuestras principales especulaciones, cada rama de nuestros conocimientos, pasa sucesivamente por tres estados teóricos diferentes: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto, y el estado científico o positivo. En otras palabras, que el espíritu humano, por su naturaleza, emplea sucesivamente, en cada una de sus investigaciones, tres métodos de filosofar, cuyos caracteres son esencialmente diferentes e, incluso, radicalmente opuestos: primero, el método teológico; a continuación, el método metafísico; y, por fin, el método positivo. De aquí, tres clases de filosofías, o de sistemas generales de reflexión sobre el conjunto de los fenómenos que se excluyen mutuamente: el primero es el punto de partida necesario de la inteligencia humana, el tercero su estado fijo y definitivo, y el segundo está destinado únicamente a servir de transición.

En el estado teológico, el espíritu humano al dirigir esencialmente sus investigaciones hacia la naturaleza íntima de los seres, hacia las causas primeras y finales de todos los efectos que le asombran, en una palabra, hacia los conocimientos absolutos, se representa los fenómenos como producidos por la acción directa y continuada de agentes sobrenaturales más o menos numerosos, cuya arbitraria intervención explica todas las anomalías aparentes del universo.

En el estado metafísico, que en el fondo no es más que una simple modificación del primero, los agentes sobrenaturales son reemplazados por fuerzas abstractas, verdaderas entidades (abstracciones personificadas), inherentes a los diversos seres del mundo, y concebidas como capaces de engendrar por sí mismas todos los fenómenos observados, cuya explicación consiste, así, en asignar a cada uno su entidad correspondiente.

Por fin, en el estado positivo, el espíritu humano, reconociendo la imposibilidad de obtener nociones absolutas, renuncia a buscar el origen y el destino del universo y a conocer las causas íntimas de los fenómenos, para dedicarse únicamente a descubrir, con el uso bien combinado del razonamiento y de la observación, sus leyes efectivas, es decir, sus relaciones invariables de sucesión y similitud. La explicación de los hechos, reducida a sus términos reales, no será en adelante otra cosa que la coordinación establecida entre los diversos fenómenos particulares y algunos hechos generales, que las diversas ciencias han de limitar al menor número posible.

(Curso de filosofía positiva, Lección primera, Aguilar, Buenos Aires 1973, p. 34-36.)


2. ARNOLD GEHLEN

Hace ya mucho tiempo, se observó que el hombre considerado morfológicamente constituye, por así decirlo, un caso excepcional. En los demás casos, los progresos de la naturaleza consisten en la especialización orgánica de sus especies, o sea, en la formación de adaptaciones naturales, cada vez más eficaces, a determinados ambientes. Gracias a su constitución específica, un organismo animal «se mantiene» en una multitud de condiciones a las cuales está «ajustado» sin que vayamos a preguntar aquí cómo se produjo esta armonía. Ahora bien, si se considera al ser humano teóricamente, adviértense algunas características que enumeraremos.

1. Está «orgánicamente desvalido», sin armas naturales, sin órganos de ataque, defensa o huida, con sentidos de una eficacia no muy significativa; los órganos especializados de los animales superan con creces cada uno de nuestros sentidos. No está revestido de pelaje ni preparado para la intemperie, y ni siquiera muchos siglos de auto observación le han aclarado si en verdad posee instintos, y cuales son. Esto se comprobó hace mucho tiempo; lo señalaron tanto Herder (1772) como Kant (1784). [...] Esta «retardación», a la cual le debe el hombre un exterior como quien dice embrionario, es un elemento aclaratorio sumamente valioso, porque permite comprender también otras propiedades humanas, sobre todo el período desproporcionadamente largo de desarrollo, la prolongada etapa de desvalimiento del niño, la tardía maduración sexual, etc. Todas estas características se engloban bajo el concepto de «falta de especialización», que justifica el describir y comparar al hombre en oposición al animal. [...]

2. Adondequiera que miremos, vemos al ser humano propagado por toda la tierra y sojuzgando cada vez más la naturaleza, a pesar de su desvalimiento físico. No es posible indicar un «ambiente», una suma de condiciones naturales y originarias indispensables para que el hombre pueda vivir, sino que lo vemos «conservarse» en todas partes: en el polo y en el ecuador, en el agua y en la tierra, en el bosque, en el pantano, la montaña y la estepa. Vive como «ser cultural», es decir, de los productos de su actividad previsora, planificada y mancomunada, que le permite procurarse, transformando previsora y activamente, conjuntos muy diversos de condiciones naturales. De ahí que se pueda llamar esfera cultural a la respectiva suma de condiciones iniciales modificadas por su actividad, en las cuales sólo el hombre vive y puede vivir. Por eso, algunas técnicas de obtención y elaboración de alimentos; algunas armas, actividades y medidas comunes organizadas para protegerse de enemigos, de la intemperie, etc., forman parte del haber cultural aún de las civilizaciones más rudimentarias, y en rigor no hay hombres propiamente «primitivos», esto es, sin ningún grado de cultura.

Los productos de esta actividad planificada y transformadora, incluidos los respectivos materiales y recursos intelectuales -ideas, imágenes-, deben contarse entre las condiciones de vida físicas del hombre, enunciado que no rige para ningún animal. Las construcciones del castor, los nidos de las aves, etc., nunca están planificadas de antemano, sino que resultan de actividades puramente instintivas. De ahí que llamar al hombre Prometeo tenga un sentido exacto y razonable. [...]

Así pues, el hombre es un «ser carencial» orgánicamente (Herder), no apto para vivir en ningún ambiente natural, de modo que debe empezar por fabricarse una segunda naturaleza, un mundo substitutivo elaborado y adaptado artificialmente que compense su deficiente equipamiento orgánico. Esto es lo que hace dondequiera que lo vemos. Vive, como quien dice, en una naturaleza artificialmente convertida por él en inofensiva, manejable y útil a su vida, que es justamente la esfera cultural. También se puede decir que él se ve biológicamente obligado a dominar la naturaleza.

(Antropología filosófica, Paidós, Barcelona 1993, p.63-66.)


3. FRANCIS BACON

Los ídolos y las falsas nociones que han ocupado ya el entendimiento humano y han arraigado profundamente en él no sólo asedian las mentes humanas haciendo difícil el acceso a la verdad, sino que incluso en el caso de que se diera y concediera el acceso, esos ídolos saldrán de nuevo al encuentro, y causarán molestias en la misma restauración de las ciencias, a no ser que los hombres, prevenidos contra ellos, se defiendan en la medida de lo posible.

Son cuatro las clases de Ídolos que asedian las mentes humanas. Para mayor claridad les hemos puesto nombres, de forma que a la primera clase la llamamos Ídolos de la Tribu, a la segunda Ídolos de la Caverna, a la tercera Ídolos del Foro y a la cuarta Ídolos del Teatro.

El remedio adecuado para la expulsión y alejamiento de los Ídolos es la obtención de Nociones y Axiomas por medio de la verdadera inducción. Sin embargo, es muy útil la indicación de los Ídolos, pues la doctrina de los Ídolos ocupa con respecto a la Interpretación de la Naturaleza el mismo papel que la doctrina de las Refutaciones Sofísticas con respecto a la dialéctica vulgar.

Los Ídolos de la Tribu están fundados en la misma naturaleza humana y en la misma tribu o raza humana. Pues es falso afirmar que el sentido humano es la medida de las cosas; muy al contrario: todas las percepciones, tanto las de los sentidos como las de la mente, son por analogía humana y no por analogía con el universo. El entendimiento humano es semejante a un espejo que refleja desigualmente los rayos de la naturaleza, pues mezcla su naturaleza con la naturaleza de las cosas, distorsionando y recubriendo a esta última.

Los Ídolos de la Caverna son los ídolos del hombre individual. En efecto: cada cual [además de las aberraciones de la naturaleza humana en general] tiene un espejo o caverna propia que rompe y corrompe la luz de la naturaleza ya sea por la naturaleza propia y singular de cada uno o por la educación y trato con los demás o por la lectura de libros y la autoridad de aquellos que cada cual cultiva y admira, o bien por la diferencia de las impresiones, según ocurran en un ánimo ocupado de antemano y predispuesto o en un ánimo tranquilo y reposado. Pues el espíritu humano [tal como aparece dispuesto en los individuos particulares] es diverso y está completamente perturbado y procede de forma azarosa, por lo que muy bien dijo Heráclito que los hombres buscan las ciencias en mundos menores y no en el mundo mayor o común.

Hay también Ídolos que surgen del acuerdo y de la asociación del género humano entre sí y a los cuales solemos llamar Ídolos del Foro, a causa del comercio y consorcio entre los seres humanos; pues los hombres se asocian por medio de los discursos, pero los nombres se imponen a las cosas a partir de la comprensión del vulgo. Así, una mala e inadecuada imposición de nombres mantiene ocupado el entendimiento de una manera asombrosa. Las definiciones o explicaciones con que los doctos han acostumbrado a defenderse y protegerse en algunos casos son completamente incapaces de restablecer la situación, sino que las palabras ejercen una extraordinaria violencia sobre el entendimiento y perturban todo, llevando a los hombres a innumerables e inanes controversias y ficciones.

Finalmente están los Ídolos que inmigraron a los ánimos de los hombres desde los diferentes dogmas de las filosofías y también a partir de las perversas leyes de las demostraciones, a los cuales denominaremos Ídolos del Teatro, puesto que cuantas filosofías se han recibido e inventado pensamos que son otras tantas fábulas compuestas y representadas en las cuales se forjaron mundos ficticios y teatrales. Y no hablamos tan sólo de las filosofías y sectas actuales o antiguas, puesto que pueden componerse y combinarse otras muchas fábulas de este tipo. Ciertamente: las causas de errores completamente diferentes son, sin embargo, casi idénticas. Y tampoco decimos esto únicamente de las filosofías generales, sino también de muchos principios y axiomas de las ciencias, los cuales se impusieron por tradición, por credulidad y por negligencia.
(La gran restauración. Aforismos sobre la interpretación de la naturaleza y el reino humano, XXXVIII-XLIV. ( Alianza, Madrid 1985, p. 97-100).


4. KONRAD LORENZ

Supongamos que un observador objetivo de otro planeta, de Marte por ejemplo, estudiara el comportamiento social del hombre con ayuda de un telescopio cuyo aumento fuera insuficiente para alcanzar a reconocer los individuos y seguir su comportamiento individual pero que sí le permitiera ver grandes acontecimientos, como migraciones de pueblos, batallas, etc. Pues bien: nunca se le ocurriría pensar que el comportamiento humano estaba regido por la razón, ni siquiera por una moral responsable.

Suponiendo que nuestro observador extraterrestre fuera un ser puramente razonable, que no supiera nada del funcionamiento de los instintos en general y del de la agresividad en particular, ni de cómo su funcionamiento puede ser erróneo, se vería bien apurado para hallar una explicación a nuestra historia. No puede, en efecto, decirse que los fenómenos históricos, que siempre se repiten, sean explicables por la razón ni el entendimiento humano. [...]

Pero una vez reconocido el hecho, no nos queda más remedio que plantearnos la cuestión de por qué unos seres en apariencia razonables han de conducirse de modo tan insensato. Es evidente que debe haber factores potentísimos capaces de quitar el timón a la razón humana y de hacernos totalmente incapaces de aprender por la experiencia. [...]

Todas estas sorprendentes contradicciones tienen una explicación nada difícil y pueden ordenarse y organizarse correctamente en cuanto se llega al conocimiento de que el comportamiento social del hombre, lejos de estar dictado únicamente por la razón y las tradiciones de su cultura, ha de someterse a todas las leyes que rigen el comportamiento instintivo de origen filogenético; y esas leyes las conocemos muy bien por el estudio del comportamiento animal.

(Sobre la agresión. El pretendido mal, Siglo Veintiuno, Madrid 1976, p. 261-262.)


5. GEORG W. F. HEGEL

¿Pensar? ¿Y en abstracto? ¡Sálvese quien pueda! Así oigo exclamar a un traidor vendido ya al enemigo... Lo que se trata de saber es quién piensa en abstracto. ¿Quién piensa en abstracto? El hombre inculto, no el culto. Me limitaré a poner algunos ejemplos demostrativos de esta tesis de los que todo el mundo reconocerá que, en efecto, la encierran.

Un asesino es conducido al cadalso. Para el pueblo común no es otra cosa que un asesino. Tal vez las damas, al verlo pasar, comenten su aspecto físico, digan que es un hombre fuerte, hermoso, interesante. Al escuchar esto, el hombre del pueblo exclamará, indignado: "¿Cómo? ¿Un asesino, y hermoso?" Un conocedor del hombre tratará de indagar la trayectoria seguida por la educación de este criminal; descubrirá tal vez en su historias en su infancia o en su primera juventud, malas relaciones familiares del padre y de la madre; descubrirá que una ligera transgresión de este hombre fue castigada con una dureza exagerada que le hizo rebelarse contra el orden existente, que lo hizo colocarse al margen de este orden y acabó empujándolo al crimen para poder subsistir. Pues bien, todo esto es pensar en abstracto, no ver en el asesino más que esta nota abstracta, la de que es un asesino, de tal modo que esta simple cualidad destruye o borra en él cuanto haya de naturaleza humana.

«¡Vieja, los huevos que quiere venderme están podridos!», dice la compradora a la campesina, en el mercado. «¿Cómo? -replica ésta- ¿que mis huevos están podridos? ¿Eso es lo que se atreve a decir esa piojosa de mis huevos? ¡Como si no supiéramos que sus padres se comían los codos de hambre, que su madre se fugó con un francés y su abuela murió en el hospital! ¡ Mira qué pañoleta tan bonita y llena de abalorios lleva! ¡ Habría que ver cómo lleva la camisa! ¿De dónde habrá sacado tantos adornos y tantos sombrero? Si no hubiese oficiales en la guarnición, no andarían muchas tan bien vestidas y tendrían que pasarse el día zurciendo las medias.» En una palabra, Ia vendedora. Ilevada de su cólera, no deja hueso sano a la compradora. Pues bien, esta vieja piensa también en abstracto, viéndolo todo, la pañoleta, los sombreros y la camisa de la mujer, sus dedos y otras partes de su cuerpo y hasta a sus padres y toda su parentela, única y exclusivamente a través del horrible delito cometido por ella al decir que los huevos que trataba de venderle estaban podridos. A partir de este momento, ve todo lo que a esa dama se refiere teñido por el color de los «huevos podridos». En cambio. creo que aquellos oficiales de que habla la vendedora de ser cierta su malicia, lo que mucho dudamos- habrán podido ver en la dama cosas bien diferentes.

Y, pasando ahora de la vieja a los sirvientes, hay que decir que los peor colocados son los que tienen que servir a personas de estado social inferior y poca fortuna. En esto, como en todo, el hombre inculto piensa en abstracto, se da aires de gran señor para con los criados, sólo ve en ellos a sus servidores; se aferra al predicado de «servidores» y no sabe salir de ahí... La misma diferencia apreciamos en la milicia: en el ejército austríaco puede darse de azotes al soldado: los soldados son, pues, una canalla. Por donde el soldado raso es concebido por el oficial como el exponente abstracto de un sujeto azotable con el que él. un señor que viste uniforme y ciñe espada, tiene que habérselas, lo cual es para encomendarse al diablo. ( Werke, t. XVIII, p. 400 s.)

(Texto escogido por Ernst Bloch: Sujeto-objeto. El pensamiento de Hegel, F.C.E., México 1982, p.32-33.)


6. MARTIN HEIDEGGER

¿Qué pasa con el ser? ¿Se lo puede ver? Vemos el ente: vemos esta tiza. Pero, ¿vemos el ser como los colores, la luz y la oscuridad ? ¿O acaso oímos, olemos, gustamos o tocamos el ser ? Oímos la motocicleta, su furia a través de la calle. Oímos a las gallinas silvestres, que planean por encima del oquedal. Sin embargo, en sentido propio, sólo oímos el estrépito del traqueteo de los motores; el ruido de las gallinas salvajes. [...] Tocamos terciopelo o seda: sin más los vemos como cosas que son de tal o cual manera. Una es tan entitativa como la otra. ¿En qué reside y en qué consiste el ser? [...]

Una pesada tormenta, que se cierne en la montaña, «es», o lo que significa lo mismo, «era», en la noche. ¿En qué consiste su ser?

Una lejana cadena de montañas, bajo un gran cielo... Tal cosa «es». ¿en qué consiste el ser? ¿Cuándo y a quién se le manifiesta ? ¿Al viajero, que goza del paisaje, o al labrador, que a partir de éste y en éste crea su trabajo diario, o al meteorólogo, que debe dar el boletín con el pronóstico del tiempo? ¿Quién de ellos capta el ser? Todos y ninguno. ¿O quizá lo que los citados hombres captan de la cadena de montañas bajo el vasto cielo sólo sean determinados aspectos del mismo, y no la cadena de montañas en sí misma y tal como «es», es decir, no capten aquello en lo cual consiste su ser, propiamente dicho ? ¿Quién de ellos lo captaría? ¿O es contradictorio, contra el sentido del ser, preguntar en general por lo que es en sí, por detrás de aquellos aspectos ? ¿Acaso el ser no se apoya en éstos ?

El portal de una antigua iglesia románica es ente. ¿Cómo y a quién se le revela el ser ? ¿Al conocedor del arte, que en una excursión la examina y fotografía, o al abad, que en las fiestas sale en procesión con los monjes a través del portal, o a los niños, que en los días de verano juegan bajo su sombra ? ¿Qué pasa con el ser de este ente?

Un Estado es. ¿En qué consiste su ser? [...] Pero, ¿dónde se encubre el ser ? Dicho en general, ¿se encubre en alguna parte?

Aquella pintura de van Gogh: un par de recios suecos y fuera de eso, nada. La imagen no representa, en verdad, nada. Sin embargo, uno está en seguida solo con lo que allí es, como si uno mismo, en la avanzada tarde otoñal, llegara cansado a la casa, desde el campo, con el pico en la mano, para instalarse junto a la llama de las últimas patatas que están en el fuego. ¿Qué es aquí lo que es? ¿La tela? ¿Los trazos del pincel? ¿Las manchas de color?

¿Qué es, en todo lo que acabamos de mencionar, el ser del ente? [...]

Sin embargo, todo lo que hemos citado es; no obstante, cuando queremos aprehender el ser, siempre ocurre como si asiésemos en el vacío. El ser por el que aquí preguntamos casi es tanto como la nada, mientras que querríamos resistirnos y precavernos contra la gravosa exigencia de tener que decir que todo lo que es, no es.

Pero el ser sigue siendo inhallable, casi tanto como la nada, o, en último término, exactamente como ella. Luego, la palabra «ser» es, en fin, vacía. No pensamos con ella en nada que fuera efectivo, captable, real. Su significación es la de un vapor irreal. A fin de cuentas, Nietzsche habría tenido toda la razón de su parte cuando denominó a un «concepto supremo», tal como el del «ser», «el último humo de la realidad evaporada» [...]. ¿Quién quisiera correr tras semejante vapor, cuyo significado verbal es el nombre de un gran error ? «De hecho, hasta ahora, nada ha tenido un poder de convicción más ingenuo que el error del ser...»

(Introducción a la metafísica, Nova, Buenos Aires 1972, p. 71-72.)


7. VOLTAIRE

Es tal la debilidad del género humano, y tal su perversidad, que sin duda vale más para él ser subyugado por todas las supersticiones posibles, con tal de que no sean mortíferas, que vivir sin religión. El hombre siempre ha tenido necesidad de un freno, y aunque fuese ridículo hacer sacrificios a los faunos, a los silvanos, a las náyades, era mucho más razonable y más útil adorar esas fantásticas imágenes de la Divinidad que entregarse al ateísmo. Un ateo que fuese razonador, violento y poderoso, sería un azote tan funesto como un supersticioso sanguinario.

Cuando los hombres no tienen nociones claras de la Divinidad, las ideas falsas la suplen, como en los malos tiempos se trafica con moneda devaluada cuando no se tiene moneda buena. El pagano no osaba cometer un crimen ante el temor de ser castigado por los falsos dioses [...] En todos los sitios en que hay establecida una sociedad, es necesaria una religión; las leyes velan sobre los crímenes conocidos y la religión sobre los crímenes secretos.

Pero una vez que los hombres han llegado a abrazar una religión pura y santa, la superstición se vuelve no sólo inútil, sino muy peligrosa. No se debe tratar de alimentar con bellotas a aquellos a los que Dios se digna alimentar con pan.

La superstición es a la religión lo que la astrología a la astronomía: la hija muy loca de una madre muy cuerda. Estas dos hijas han subyugado mucho tiempo toda la tierra.

(Tratado sobre la tolerancia, en Opúsculos satíricos y filosóficos. Traducción de R. de Dampierre, Alfaguara, Madrid 1978, p. 82-83.)


8. C. ULISES MOULINES

El materialismo es una doctrina confusa. Si se cree que el materialismo es una doctrina clara, es porque afirma que sólo existe la materia y porque se supone que todo el mundo sabe lo que es la materia. Pero este supuesto es falso. Nadie sabe hoy día a ciencia cierta lo que es la materia. (Otra cuestión es la de que muchos crean saberlo). Tampoco lo saben los físicos de partículas, los especialistas a quienes el resto de los mortales deberíamos preguntar qué es la materia. Ciertamente, si se les hacen preguntas ontológicas de este tipo, algunos físicos (los más osados) darán ciertas respuestas esotéricas acerca de «ondas de probabilidad» o de «puntos de singularidad espacio-temporal», o algo por el estilo. Se trata de respuestas que la mayoría de personas que se autotitulan materialistas no entiende; por lo demás, tales respuestas cambian de sentido cada cinco o diez años, y en ellas ni siquiera los propios especialistas están de acuerdo.

Sin embargo, el materialista lego, aunque no entiende las respuestas de los físicos, suele quedar muy satisfecho con ellas: piensa que hay al menos algunas personas en el mundo que saben lo que es la materia; y ello le basta para sostener la afirmación rotunda: «sólo existe la materia», la cual equivale en estas circunstancias a la afirmación (ya no tan rotunda): «sólo existe algo que una pequeña minoría de especialistas sabe lo que es».

El caso, no obstante, es que si el materialista lego quiere indagar más y le sigue preguntando al físico osado en qué consiste exactamente todo eso de las ondas de probabilidad, puntos de singularidad, etcétera, lo llevará pronto a una situación embarazosa, en la que el físico, si es honesto, deberá reconocer que las cosas están todavía muy embrolladas, que aún está por llegar «la» teoría plenamente satisfactoria, etcétera; y, al final, seguramente le recomendará al materialista lego que se espere todavía unos años para saber qué es la materia. [...]

Creo que la dificultad radical del materialismo es, en último término, la misma que la de cualquier concepción monolítica del universo que no quiera ser vacuamente verdadera. Si pretendemos que todas las cosas que existen pertenecen a una misma categoría determinada, o sea, si pretendemos que todo x es P, entonces debemos dar cierta caracterización no-vacua del predicado P, a base de condiciones empíricas que sean al menos un poco restrictivas (que no las pueda cumplir cualquier cosa imaginable). Si no se cumple este requisito, afirmar «todo x es P» es no afirmar nada, ya que P puede ser entendido a gusto de cada quien. Ahora bien, es fácil imaginar que pueda determinarse satisfactoriamente un predicado tal que convenga por igual a todas las cosas que existen. No hay por qué suponer que la realidad satisface nuestros deseos de supersimplificación conceptual. Tal como están las cosas, me parece a priori más sensato suponer lo contrario: que la realidad es heterogénea en vez de homogénea, y que hay de todo en la viña del Señor. No hay por qué suponer que podamos meter todas las cosas en el mismo saco, a menos que se trate de un saco sin fondo, es decir, un pseudo-saco.

(Por qué no soy materialista, en J. Esquivel (ed.), La polémica del materialismo, Tecnos, Madrid 1982, p. 18-29.)

martes, 11 de mayo de 2010

Debate sobre la Idea de Dios

Acta realizada por la secretaria del debate: Sandra Abejón.
Moderador: Fernando Pascual.

Ateismo.
El portavoz; Jaime Abad,
Los asesores; Juan Barro y Víctor Caballero

Agnosticismo.
La portavoz; Paula Pérez,
Los asesores Maria Prados y Lucia Parreño.

Teismo:
El portavoz: David Fuerte
Los asesores: Maria Martín y Luis Enrique

Este debate esta regido por las siguientes normas.
Tres partes. En la primera parte habrá un tiempo máximo de cinco minutos
En la segunda parte habrá un tiempo máximo de tres minutos
En la tercera y ultima parte un tiempo máximo de un minuto

Primer turno.

Ateísmo. Jaime comienza el debate definiendo la palabra ateismo “es una doctrina que niega la existencia de Dios”, explica que hay tres tipo de ateismo; el fuerte el débil (mas común) y el agnóstico.
Y concluye el su intervención en el primer turno con una frase “SI DIOS EXISTIERA PORQUE DEJARIA QUE HUBIERA MALDAD”

Agnosticismo. Paula prosigue con el debate, ella defiende el agnosticismo y nos define esa palabra como “una postura intermedia que no podemos saber si Dios existe o no porque Dios es algo sobrenatural”
Nos defiende tu postura con varios argumentos.
“Nadie ha visto a dios, no podemos negar ni afirmar que existe”
“La existencia del mal, hace que dudemos de su existencia”
“Y no tenemos la suficiente capacidad para entender lo sobrenatural entonces no podemos afirmar o negar la existencia de Dios”

Teísmo. David concluye la primera parte del debate defendiendo la existencia de Dios y nos define el teismo como “ciencia que cree en que Dios existe y tiene dos tipos, la revelada y la racional”
David no defiende el ateismo con una serie de argumentos.
Argumento ontológico. Ser perfecto y nada es más perfecto, por lo tanto no podemos decir que Dios no existe.
Argumento cosmológico. Aristóteles decía que todo tiene una causa, y que la primera causa era Dios.
Teológico. Todo es demasiado complejo como para haber ocurrido al azar o naturalmente, por lo tanto todo debe de haber sido crear por un ser inteligente, Dios es un ser inteligente. Por lo tanto Dios existe.
Metafísica. Todo ente que tiene la propiedad P no tiene en si mismo su razón de ser
Existe un ente S que tiene la propiedad P. Conclusión el ente S no tiene en si mismo una razón de ser.


Segundo turno (turno de replicas)

Jaime empieza diciendo que dios se queda quieto y no salva a sus hijos del hambre, las injusticias ni hambrunas. Que tenemos la necesidad de creer en algo, para explicarnos algunos fenómenos y por eso se creo la religión que se opone al mundo de los deseos del individuo.

Paula empieza hablado sobre que la ciencia a demostrado una explicación racional en cambio la existencia de Dios no la puede demostrar. Que se inventó la existencia de Dios para encontrar un sentido a la propia existencia humana.

Y David concluye el turno de replicas explicando que las miserias es por el libre albedrío. “Si creéis en el mal, deberíais creen en el bien que se supone la existencia de Dios.”
Y que la Biblia y la religión condenan la cristiandad.

Tercer turno (2º turno de réplicas)

Jaime comienza el tercer turno replicando lo que dijo David sobre que el aire no se y todo sabemos que existe, Jaime le contesta diciendo que el aire no lo vemos pero sabemos que está ahí, a diferencia de objetos sobrenaturales.

Paula prosigue diciendo que Dios y el Demonio son dos figuras para representar el bien y el mal, sino existiese el bien tampoco existiría el mal. No tenemos ninguna prueba de que el bien sea obra de Dios y el mal obra del Demonio.

Y por último David termina diciendo que las personas formamos la cristiandad, no el cristianismo según la Biblia.
Y que lo malo siempre estara ahí, al igual que el bien, aunque sea Dios o no lo sea.

Debate Abierto.

Diego Jordá participa diciéndonos que: Hay que diferencia entre Dios y la Iglesia, que aunque esta ultima lo represente, a lo largo de la historia la Iglesia se ha aprovechado, porque tan solo es un negocio.

María concluye el debate con una frase “Yo creo en Dios pero no en la Iglesia”

viernes, 7 de mayo de 2010

Acta del debate sobre pena de muerte 4º C

16-04-2010.

(Los nombres subrayados hacen alusión al portavoz de cada grupo.)

Tribunal: Douglass Naveso (secretario), Carlos López (moderador), Víctor Vaultrín (presidente).
Amnistía Internacional: Sergio Pastrana, Sergio Ballesteros, Lucas Criado, David de Gregorio.
Verdugos: Víctor Núñez, David Florido, Raquel Pareja.

Asociación ciudadana por la seguridad: Abril García, Laura Castro, Samuel Navas, Mario Menéndez.

Familiares de los asesinos: Javier García, Pablo González, Adrián Blanco.

Familiares de la Víctima: Adrián Barrio, Raúl Cardador, Andrea Cuesta, María Hernández.

“Amnistía Internacional” está en contra de la pena de muerte. Sin embargo, está a favor de la cárcel e incluso opinan que sería menester la corrección del comportamiento mediante tratamiento psicológico.

“Verdugos” opinan que depende de los delitos y su agravante y consecuencias, estarían a favor o no de la pena de muerte. En este caso no están de acuerdo con la pena de muerte.
“Asociación de los ciudadanos por la seguridad” está en contra de la pena de muerte, mas a favor de la cadena perpetua.

“Familia de la víctima” está en su mayoría a favor de la cadena perpetua pero en contra de la pena de muerte. Ven la pena de muerte como una “liberación” espiritual, y al ser familiares de los difuntos, sus cogniciones están nubladas por la venganza, pero aún así están en contra de la pena de muerte.

“Familia del asesino” está en contra de la pena de muerte, ya que siendo familiares del asesino, con la pena de muerte solo se ven perjudicados a ellos mismos, moralmente por la pérdida de su familiar (asesino), y a la pérdida real de su familiar.

(Este grupo no trabajó lo suficiente, no aportaron argumentos factibles (ni si quiera aportaron argumento), y se tomaron los hechos por su mano, inventándoselos).

Conclusión

El acusado es condenado a cadena perpetua.

Tres vidas son suficientes para no liberar al asesino, es decir, sancionarle mediante la cadena perpetua sin derecho a la libertad condicional.

Otro tipo de condena sería sugerir el castigo mediante trabajos físicos, es decir, actividades que requieran esfuerzo considerable.

Incluso se podría pensar por un castigo psicológico.

viernes, 9 de abril de 2010

Algunos ejercicios de formalización

Tenéis ejercicios de formalización con soluciones en cibernous.
Muchos más al final de este artículo.

lunes, 5 de abril de 2010

La cadena perpetua (debate de 4º D)

Moderadora: Lucía Ten
Secretario y redactor: Carlos Ajenjo
A favor: Daniel López, Alba López y Sergio Jiménez (Portavoz)
En contra: María Quintana, Enrique Heredia y Sofía Cortés (Portavoz)
Primer turno de palabra: máximo 4 min.
Segundo turno de palabra: máximo 3 min.
Tercer turno de palabra: máximo 2 min.

Primer turno de Sergio Jiménez:
Su primera intervención se centra en que al estar el máximo en 30 años, un asesino que mate a 3 personas y un asesino en serie cumplirán la misma condena, y pudiéndola rebajar en los dos casos por buena conducta.
A continuación, defiende que la cadena perpetua no quita la libertad, y ellos han quitado el derecho a la vida.

Primer turno de Sofía Cortés:
Primero rebate el argumento anterior de Sergio Jiménez, acusándolo de revanchismo, ya que si ellos han quitado el derecho a la vida, no les puedes quitar derechos como el de la libertad, después de cumplir una condena apropiada.
Luego añade que muchas personas sufren trastornos y matan en arranques de ira, debido principalmente a sus vidas en ambientes marginales.

Segundo turno de Sergio Jiménez:
Justifica la cadena perpetua como algo preventivo, para personas que “matan mucho y pueden volver a hacerlo”. Esta condena no se aplica a vulgares ladrones, sino a asesinos o “narcos” que han matado mucho y que utilizan el argumento de padecer una enfermedad mental para librarse de la cárcel.
Por último reitera que se le priva al asesino de la libertad por el bien de los demás.

Segundo turno de Sofía Cortés:
Comienza hablando del voto de confianza, es decir, de la no repudia del ex-presidiario, del que se teme que vuelva a reincidir.
Luego habla de que cuando una persona está muy mayor, próxima a su muerte, debería tener libertad para salir de la cárcel y pasar sus últimos momentos con la familia.
Reitera el argumento de que los asesinos en serie siempre padecen problemas mentales.

Tercer turno de Sergio Jiménez:
Repite el argumento de “crimen duro, castigo duro”, justificándolo en que el asesino ha roto muchas familias y no merece la libertad.
Añade que la libertad no justifica una reducción de la condena.

Tercer turno de Sofía Cortés:
Empieza diciendo que las familias estarán destrozadas esté el asesino en la cárcel o no.
Y por último dice que no es justificable mantener a un hombre toda su vida en prisión.

Intervención de Luis Carcas:
Comienza diciendo que nuestro sistema judicial esta establecido sobre que cada acto tiene una consecuencia.
Luego continúa con que en muchos casos en los que las penas deberían ser más altas, se aplica la pena máxima, y además se reduce en el caso de pedir perdón.
El perdón no justifica nada, ya que ha roto muchas familias.

Intervención de Irene Pintor:
Empieza diciendo que lo primero que se debe hacer es ponerse en el lugar de la familia. Tú no querrías el perdón, ya que te lo pide después de matar a un padre, a un hermano…

lunes, 29 de marzo de 2010

ACTA DEL DEBATE SOBRE IZQUIERDA Y DERECHA

4º ESO A

(Acta elaborada por la secretaria del debate)

Grupo de derechas:
Portavoz: Tina Fernández
Asesores: Alonso y Eduardo

Grupo de izquierdas:
Portador: Raquel
Asesores: Manuel y Andrea

Moderadora: Patricia Silva Domínguez
Secretaria: Stephanie Toro Marín

Primera parte: Duración de 4 minutos

Grupo de Izquierda
La portadora Raquel empezó diciendo que el grupo de izquierda es una ideología democrática que se basa:
En el seguro social, en la defensa del progreso, las mejoras en pensiones, en la lucha por una sociedad estamental, con muchos derechos para el ciudadano.
Que quieren tener un comercio exterior y llegar a acuerdos con países del exterior para proporcionar ayudas a los países subdesarrollados.
Afirmando que la derecha se opone a todas estas reformas teniendo unas opiniones muy en contra de todas ellas.

Grupo de derecha
LA portadora Tina empezó diciendo que el grupo de derechas es un partido mas conservador que se basa en:
Las tradiciones, trata de ayudar a las personas más necesitadas.
Afirma que la izquierda no está nunca de acuerdo con la Iglesia y que hay más gente de lo que creemos, que la apoya y que cree en ella.
Dice que el aborto, es un problema que hay que solucionarlo entre dos personas, porque una mayoría de chicas que tienen un embarazo son menores de edad, y simplemente el chico las puede dejar con el niño en los brazos, por lo que es una decisión que deben tomar la pareja.
Y esta de acuerdo con tener una propiedad privada.

Segunda parte: Duración de 3 minutos

Grupo de Izquierda
Afirma que los curas, los obispos etc., viven a costa de todos nosotros, teniendo unos grandes beneficios.
En cuanto al aborto advierte que las niñas que abortan suelen tener 16 años.
Tradiciones: La sociedad avanza. Y además hay que también apoyar los derechos que pueden tener los animales, porque son seres vivos y tienen el derecho de vivir.
Pide una igualdad para los inmigrantes, y un apoyo para ellos en todo momento, ya que no es justo que tengan trabajos bajos mientras que obtuvieron una profesión en su país.
Que debe haber una economía mixta y un crédito oficial.
Grupo de derechas
La Iglesia: Los obispos, los curas… son humanos y afirma que el Papa no es rico, el no va a una cuenta y saca lo que quiere, no tiene pertenencias.
Propiedad privada: Todo el mundo la tiene, uno tiene su propia casa, su coche etc. Mientras que la izquierda quiere que todo sea para el pueblo.
No impiden que los inmigrantes tengan los mismos derechos en cuanto al trabajo, sino que también los que están aquí necesitan tener un trabajo. Y que se saquen un permiso de trabajo.
Los toros no tienen porque prohibirse, porque son tradiciones que no se pueden acabar ya que es algo que caracteriza a España y siempre va a haber un desacuerdo.

Tercera parte: Duración de 2 minutos

Grupo de izquierda
Iglesia: “Si vendiéramos todo lo que tiene el Vaticano y se lo diéramos a todos los niños pobres” se aseguraría acabar con esa pobreza.
Tradiciones: Si matas a un perro son 6 meses de cárcel ¿¿porque un toro no??

Grupo de derecha
Si se vendiera todo lo del Vaticano se les ayudaría… pero eso no quiere decir que la Iglesia no ayuda, hay organizaciones que lo hace.
¿Ilegal las corridas de toros?: Muchos de izquierda van a las ventas, entonces no hay que encarcelarlos a todos…
No hay que confundir a los animales con las personas.

jueves, 18 de marzo de 2010

Ejercicios de lógica

Para los que tenéis que recuperar, sabed que contáis con numerosos ejercicios de lógica en auladefilosofia.net.
Algunos símbolos lógicos son distintos en esta página. En concreto:
  • Conjunción: "&."
  • Implicación: "->".
  • Coimplicación o bicondicional: "<->".
  • Conclusión: "I-".
  • "IB" = "ICO" (Regla de Introducción de coimplicador o bicondicional).
  • "EB" = "ECO" (Regla de Eliminación de coimplicador o bicondicional).

jueves, 4 de marzo de 2010

Falacias lógicas

Podéis encontrar buenas recopilaciones de falacias lógicas en las siguientes páginas web:

martes, 2 de marzo de 2010

Teorías éticas – 2º B

1. Aristóteles

Se considera a Aristóteles (s. IV a.C.), junto a Platón (su maestro), el filósofo más importante de toda la historia.

Aristóteles pensaba que todos los seres, por naturaleza, están orientados al fin que les es propio, y que en la consecución de este fin reside la felicidad. Como la naturaleza del hombre consiste en ser un «animal racional», la finalidad del ser humano será el desarrollo de esta racionalidad mediante el ejercicio de las virtudes intelectuales (dianoéticas): el arte, la ciencia, la sabiduría práctica, la contemplación teórica y la inteligencia.

Además de estas virtudes intelectuales, el alma debe adquirir buenos hábitos en su relación con las pasiones. Esto nos da lugar a otro tipo de virtudes, las éticas, que se basan en el principio del término medio. Los hábitos viciosos, correspondientes a un exceso, nos conducen a la infelicidad: tanto la cobardía como la temeridad, tanto la tacañería como la prodigalidad son poco aconsejables. Por lo tanto, la prudencia nos debe guiar para seguir siempre un término medio entre esos excesos: hay que ser valiente sin llegar a temerario; hay que ser generoso sin llegar a la prodigalidad, etc.


2. Epicureísmo

El hedonismo es una doctrina filosófica que sostiene que «bueno es aquello que proporciona placer». El filósofo Epicuro (s. IV a. C.) era un hedonista refinado, pues, aunque también pensaba que el fin del ser humano es conseguir el placer, no buscaba el placer inmediato y puramente material, ya que muchos placeres pueden ocasionar mayores dolores a la larga. Por ello, Epicuro juzgaba que es preciso aplicar un cálculo racional a las decisiones morales utilizando la prudencia. El placer auténtico, para él, consistía en un estado permanente de sosiego, de imperturbabilidad y ausencia de dolor.

Para Epicuro, el placer duradero sólo se alcanza cuando se consigue la autosuficiencia (autarquía), el pleno dominio de uno mismo, de los propios deseos y afecciones. Pero esta autarquía no es entendida por Epicuro como un estado de completa insensibilidad y eliminación de todas las pasiones, como defenderán los estoicos, sino que es la eliminación de los obstáculos que se oponen a la felicidad: los temores y las preocupaciones, las penas y los dolores. El sabio será aquél que conozca las verdaderas necesidades, que deben reducirse a lo indispensable para que no nos inquieten los deseos de poseer más, ya que el verdadero placer no se halla en los bienes materiales, sino en el saber y la amistad. El cuidado de estos bienes, así como la consecución de los placeres, producen la ataraxia, es decir, la serenidad y el equilibrio del ánimo. Los placeres materiales deben saber dosificarse y han de ordenarse en función de los placeres espirituales, que son de mayor valía. Con ello, se eliminan los otros dos obstáculos que impiden la felicidad: la búsqueda desordenada de placeres y el miedo al dolor.


3. Estoicismo

Los estoicos se parecen a los epicúreos en que se plantean como ideal la imperturbabilidad del sabio, pero se diferencian en que tratan de eliminar las pasiones (y, por tanto, el placer), en que creen que hay un Destino que gobierna todo el universo y, además, en que no ven mal del todo participar en política.

El estoicismo fue una de las corrientes éticas más influyentes de la Edad Antigua. Los representantes más célebres de la época imperial romana fueron Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. Los estoicos pensaban que todo está determinado en el universo. Ante este determinismo cósmico, la actitud del sabio solamente puede ser la de aceptar el destino.

La máxima moral de los estoicos se resume con la sentencia: «vive de acuerdo con la naturaleza». El seguimiento de este deber sólo es posible por parte del sabio, que es quien conoce el logos, es decir, la Razón Universal que dirige todo el universo. La intranquilidad proviene de las pasiones que hacen equivocarse a la razón, al desear que las cosas sean de un modo opuesto a los designios de la providencia-destino. Para alcanzar la felicidad, los estoicos proponen el ejercicio de la virtud, que consiste en la eliminación de todas las pasiones mediante la apatía o la imperturbabilidad.

A pesar de esta ética de la resignación, los estoicos participaron en política y defendieron ideas contrarias a la tradición. Al sostener que la naturaleza es el fundamento de todas las leyes, afirmaron que todos los hombres deben estar regidos por la misma ley, con lo que defendieron la abolición de la esclavitud. En este sentido, los estoicos pueden considerarse precursores de los Derechos Humanos.


4. Immanuel Kant

Immanuel Kant se considera el filósofo con el que culmina la Ilustración o Siglo de las Luces (s. XVIII). Kant se parece a los estoicos en que piensa que la ética debe estar inspirada por la aceptación de una Razón Universal, pero, a diferencia de aquéllos, considera que la Razón no procede del Cosmos, de la Naturaleza, sino que proviene de la forma misma de la conciencia racional que compartimos todos los seres humanos.

Nuestra conciencia moral debe obrar sólo por deber, y ese deber debe valer para todos los hombres, para todos los seres racionales en general (universalidad) y, además, debe valer para todas las circunstancias (necesidad). Por ello, la conciencia autónoma ha de obedecer imperativos categóricos (autonomía moral) y no hipotéticos (heteronomía moral):
  • Imperativos hipotéticos: si se quiere alcanzar la felicidad (o el placer, o cualquier otro objetivo), se debe actuar de una manera determinada.
  • Imperativo categórico: se debe actuar de determinada manera sin condiciones, sin buscar objetivo alguno, porque nuestra conciencia racional misma nos impone ese deber.

Este imperativo categórico es formulado por Kant de cuatro maneras distintas:

  1. Obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal.
  2. Obra como si la máxima de tu acción debiera convertirse, por tu voluntad, en ley universal de la naturaleza.
  3. Obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio.
  4. Obra siguiendo las máximas de un miembro legislador universal en un posible reino de fines.

En definitiva, podemos caracterizar la ética de Kant como:

  • Idealista, puesto que la racionalidad del hombre no le viene dada como parte de una Razón común a toda la Naturaleza (estoicismo), sino que la racionalidad que creemos ver en la Naturaleza es un producto de la actividad racional humana.
  • Formalista, porque la voluntad humana, para ser verdaderamente ética, es decir, autónoma, no debe seguir como criterio el contenido material de los imperativos hipotéticos (la felicidad, el placer…), sino la forma misma (universalidad, necesidad) del imperativo categórico.
  • Ética del deber. Piensa que cumplir el deber es más importante que conseguir la felicidad. En este sentido, está más cerca de los estoicos que de los epicúreos o aristotélicos.

5. Utilitarismo

El utilitarismo, o hedonismo social, es una corriente ética que, originada en los siglos XVIII y XIX, hunde sus raíces en la filosofía de Epicuro. Se trata de una posición opuesta a la de Kant, pues el utilitarismo juzga las decisiones morales dependiendo de sus consecuencias o fines (tales decisiones serían, pues, «imperativos hipotéticos»).

El utilitarismo sostiene que «bueno es aquello que promueve la felicidad» y a la vez que «el mayor bien es la mayor felicidad para el mayor número posible de personas».

El utilitarismo valora las acciones humanas no por lo que son en sí mismas, sino por las consecuencias que producen (ética consecuencialista, también llamada finalista). Las consecuencias de las acciones se valoran, y en su caso se prescriben, según la cantidad de felicidad que aportan para el mayor número posible. Para valorar la cantidad de felicidad o placer, hay que recurrir a un cálculo utilitarista. El utilitarismo fue desarrollado de manera sistemática por Jeremy Bentham, James Mill y John Stuart Mill.

Dentro de la teoría utilitarista, se distingue entre un utilitarismo de la regla y un utilitarismo de la acción. Según el primero, no son las acciones individuales las que hay que someter al principio moral de la utilidad, sino una regla general de acción, similar al principio formal de la moral de Kant: «obra siempre según el principio de la mayor felicidad para el mayor número. El utilitarismo de la acción, en cambio, sostiene que es obligatorio aquel acto que, para cada momento, produce la mayor felicidad; una acción concreta puede ser moral, precisamente por las consecuencias de bienestar para un mayor número, aun cuando dicha acción vaya en contra de alguna regla general moral, como por ejemplo «no mentir».


6. Karl Marx

Karl Marx (s. XIX) comparte con los utilitaristas la idea de que el fin de la acción humana debe ser el mayor bienestar social, pero se diferencia de ellos en su concepción de la sociedad como conflicto, debido al protagonismo en la historia de la lucha de clases.

Marx ataca la tradición idealista iniciada por Kant y declara que la esencia humana no surge de una conciencia pura, sino del trabajo, es decir, de las condiciones materiales de vida y de transformación de la naturaleza. El hombre es un ser natural, pero es hombre porque trabaja, lo que le diferencia de los animales. En la actividad material de transformación de la naturaleza se transforma también el hombre. Por esta razón, «lo que los individuos son depende de las condiciones materiales de su producción». La esencia no está en las ideas, sino en las condiciones de vida material, y más concretamente, en la producción de los medios de subsistencia.

Marx pensaba que el motor de la historia es el conflicto, la lucha entre clases antagónicas: amos frente a esclavos, señores frente a siervos. La sociedad actual capitalista se fundamenta en la plusvalía: el empresario paga al asalariado, no el valor producido por éste, sino sólo el costo de su fuerza de trabajo. Por tanto, considera Marx que al trabajador se le arrebata parte del fruto de su trabajo; a este fenómeno lo llama alienación.

Marx creía que el conflicto de clases acabaría desembocando en una revolución de los trabajadores, por lo que se constituiría una sociedad sin clases, igualitaria y justa: la sociedad comunista. Sin embargo, los intentos de poner en práctica el comunismo han dado lugar a sistemas totalitarios donde unos Estados muy burocratizados sometieron a sus pueblos a –por lo menos– tanta alienación como la de los sistemas capitalistas.

Sin embargo, algunas corrientes éticas actuales, aunque alejadas del ideario comunista, beben de la crítica que hizo Marx al capitalismo:

  • El feminismo. Considera que las mujeres han sido una clase explotada a lo largo de la historia, ya que su trabajo tradicional (cuidar a otras personas) ni ha sido retribuido ni valorado socialmente.
  • El ecologismo. El crecimiento económico sin límites que propone el capitalismo no es sostenible, ya que nuestro planeta es finito y sus recursos son limitados.
  • El movimiento antiglobalización denuncia el aumento de la desigualdad en el mundo, pues los capitales se concentran cada vez en menos manos: las de los grandes poderes financieros y las corporaciones trasnacionales.

viernes, 22 de enero de 2010

Verdad y publicidad

La publicidad a veces argumenta racionalmente, pero en la mayoría de los casos se limita a seducir. Asocia cualidades y hechos positivos con el producto o la marca, sin que haya una verdadera conexión lógica entre ellos.