lunes, 29 de marzo de 2010

ACTA DEL DEBATE SOBRE IZQUIERDA Y DERECHA

4º ESO A

(Acta elaborada por la secretaria del debate)

Grupo de derechas:
Portavoz: Tina Fernández
Asesores: Alonso y Eduardo

Grupo de izquierdas:
Portador: Raquel
Asesores: Manuel y Andrea

Moderadora: Patricia Silva Domínguez
Secretaria: Stephanie Toro Marín

Primera parte: Duración de 4 minutos

Grupo de Izquierda
La portadora Raquel empezó diciendo que el grupo de izquierda es una ideología democrática que se basa:
En el seguro social, en la defensa del progreso, las mejoras en pensiones, en la lucha por una sociedad estamental, con muchos derechos para el ciudadano.
Que quieren tener un comercio exterior y llegar a acuerdos con países del exterior para proporcionar ayudas a los países subdesarrollados.
Afirmando que la derecha se opone a todas estas reformas teniendo unas opiniones muy en contra de todas ellas.

Grupo de derecha
LA portadora Tina empezó diciendo que el grupo de derechas es un partido mas conservador que se basa en:
Las tradiciones, trata de ayudar a las personas más necesitadas.
Afirma que la izquierda no está nunca de acuerdo con la Iglesia y que hay más gente de lo que creemos, que la apoya y que cree en ella.
Dice que el aborto, es un problema que hay que solucionarlo entre dos personas, porque una mayoría de chicas que tienen un embarazo son menores de edad, y simplemente el chico las puede dejar con el niño en los brazos, por lo que es una decisión que deben tomar la pareja.
Y esta de acuerdo con tener una propiedad privada.

Segunda parte: Duración de 3 minutos

Grupo de Izquierda
Afirma que los curas, los obispos etc., viven a costa de todos nosotros, teniendo unos grandes beneficios.
En cuanto al aborto advierte que las niñas que abortan suelen tener 16 años.
Tradiciones: La sociedad avanza. Y además hay que también apoyar los derechos que pueden tener los animales, porque son seres vivos y tienen el derecho de vivir.
Pide una igualdad para los inmigrantes, y un apoyo para ellos en todo momento, ya que no es justo que tengan trabajos bajos mientras que obtuvieron una profesión en su país.
Que debe haber una economía mixta y un crédito oficial.
Grupo de derechas
La Iglesia: Los obispos, los curas… son humanos y afirma que el Papa no es rico, el no va a una cuenta y saca lo que quiere, no tiene pertenencias.
Propiedad privada: Todo el mundo la tiene, uno tiene su propia casa, su coche etc. Mientras que la izquierda quiere que todo sea para el pueblo.
No impiden que los inmigrantes tengan los mismos derechos en cuanto al trabajo, sino que también los que están aquí necesitan tener un trabajo. Y que se saquen un permiso de trabajo.
Los toros no tienen porque prohibirse, porque son tradiciones que no se pueden acabar ya que es algo que caracteriza a España y siempre va a haber un desacuerdo.

Tercera parte: Duración de 2 minutos

Grupo de izquierda
Iglesia: “Si vendiéramos todo lo que tiene el Vaticano y se lo diéramos a todos los niños pobres” se aseguraría acabar con esa pobreza.
Tradiciones: Si matas a un perro son 6 meses de cárcel ¿¿porque un toro no??

Grupo de derecha
Si se vendiera todo lo del Vaticano se les ayudaría… pero eso no quiere decir que la Iglesia no ayuda, hay organizaciones que lo hace.
¿Ilegal las corridas de toros?: Muchos de izquierda van a las ventas, entonces no hay que encarcelarlos a todos…
No hay que confundir a los animales con las personas.

jueves, 18 de marzo de 2010

Ejercicios de lógica

Para los que tenéis que recuperar, sabed que contáis con numerosos ejercicios de lógica en auladefilosofia.net.
Algunos símbolos lógicos son distintos en esta página. En concreto:
  • Conjunción: "&."
  • Implicación: "->".
  • Coimplicación o bicondicional: "<->".
  • Conclusión: "I-".
  • "IB" = "ICO" (Regla de Introducción de coimplicador o bicondicional).
  • "EB" = "ECO" (Regla de Eliminación de coimplicador o bicondicional).

jueves, 4 de marzo de 2010

Falacias lógicas

Podéis encontrar buenas recopilaciones de falacias lógicas en las siguientes páginas web:

martes, 2 de marzo de 2010

Teorías éticas – 2º B

1. Aristóteles

Se considera a Aristóteles (s. IV a.C.), junto a Platón (su maestro), el filósofo más importante de toda la historia.

Aristóteles pensaba que todos los seres, por naturaleza, están orientados al fin que les es propio, y que en la consecución de este fin reside la felicidad. Como la naturaleza del hombre consiste en ser un «animal racional», la finalidad del ser humano será el desarrollo de esta racionalidad mediante el ejercicio de las virtudes intelectuales (dianoéticas): el arte, la ciencia, la sabiduría práctica, la contemplación teórica y la inteligencia.

Además de estas virtudes intelectuales, el alma debe adquirir buenos hábitos en su relación con las pasiones. Esto nos da lugar a otro tipo de virtudes, las éticas, que se basan en el principio del término medio. Los hábitos viciosos, correspondientes a un exceso, nos conducen a la infelicidad: tanto la cobardía como la temeridad, tanto la tacañería como la prodigalidad son poco aconsejables. Por lo tanto, la prudencia nos debe guiar para seguir siempre un término medio entre esos excesos: hay que ser valiente sin llegar a temerario; hay que ser generoso sin llegar a la prodigalidad, etc.


2. Epicureísmo

El hedonismo es una doctrina filosófica que sostiene que «bueno es aquello que proporciona placer». El filósofo Epicuro (s. IV a. C.) era un hedonista refinado, pues, aunque también pensaba que el fin del ser humano es conseguir el placer, no buscaba el placer inmediato y puramente material, ya que muchos placeres pueden ocasionar mayores dolores a la larga. Por ello, Epicuro juzgaba que es preciso aplicar un cálculo racional a las decisiones morales utilizando la prudencia. El placer auténtico, para él, consistía en un estado permanente de sosiego, de imperturbabilidad y ausencia de dolor.

Para Epicuro, el placer duradero sólo se alcanza cuando se consigue la autosuficiencia (autarquía), el pleno dominio de uno mismo, de los propios deseos y afecciones. Pero esta autarquía no es entendida por Epicuro como un estado de completa insensibilidad y eliminación de todas las pasiones, como defenderán los estoicos, sino que es la eliminación de los obstáculos que se oponen a la felicidad: los temores y las preocupaciones, las penas y los dolores. El sabio será aquél que conozca las verdaderas necesidades, que deben reducirse a lo indispensable para que no nos inquieten los deseos de poseer más, ya que el verdadero placer no se halla en los bienes materiales, sino en el saber y la amistad. El cuidado de estos bienes, así como la consecución de los placeres, producen la ataraxia, es decir, la serenidad y el equilibrio del ánimo. Los placeres materiales deben saber dosificarse y han de ordenarse en función de los placeres espirituales, que son de mayor valía. Con ello, se eliminan los otros dos obstáculos que impiden la felicidad: la búsqueda desordenada de placeres y el miedo al dolor.


3. Estoicismo

Los estoicos se parecen a los epicúreos en que se plantean como ideal la imperturbabilidad del sabio, pero se diferencian en que tratan de eliminar las pasiones (y, por tanto, el placer), en que creen que hay un Destino que gobierna todo el universo y, además, en que no ven mal del todo participar en política.

El estoicismo fue una de las corrientes éticas más influyentes de la Edad Antigua. Los representantes más célebres de la época imperial romana fueron Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. Los estoicos pensaban que todo está determinado en el universo. Ante este determinismo cósmico, la actitud del sabio solamente puede ser la de aceptar el destino.

La máxima moral de los estoicos se resume con la sentencia: «vive de acuerdo con la naturaleza». El seguimiento de este deber sólo es posible por parte del sabio, que es quien conoce el logos, es decir, la Razón Universal que dirige todo el universo. La intranquilidad proviene de las pasiones que hacen equivocarse a la razón, al desear que las cosas sean de un modo opuesto a los designios de la providencia-destino. Para alcanzar la felicidad, los estoicos proponen el ejercicio de la virtud, que consiste en la eliminación de todas las pasiones mediante la apatía o la imperturbabilidad.

A pesar de esta ética de la resignación, los estoicos participaron en política y defendieron ideas contrarias a la tradición. Al sostener que la naturaleza es el fundamento de todas las leyes, afirmaron que todos los hombres deben estar regidos por la misma ley, con lo que defendieron la abolición de la esclavitud. En este sentido, los estoicos pueden considerarse precursores de los Derechos Humanos.


4. Immanuel Kant

Immanuel Kant se considera el filósofo con el que culmina la Ilustración o Siglo de las Luces (s. XVIII). Kant se parece a los estoicos en que piensa que la ética debe estar inspirada por la aceptación de una Razón Universal, pero, a diferencia de aquéllos, considera que la Razón no procede del Cosmos, de la Naturaleza, sino que proviene de la forma misma de la conciencia racional que compartimos todos los seres humanos.

Nuestra conciencia moral debe obrar sólo por deber, y ese deber debe valer para todos los hombres, para todos los seres racionales en general (universalidad) y, además, debe valer para todas las circunstancias (necesidad). Por ello, la conciencia autónoma ha de obedecer imperativos categóricos (autonomía moral) y no hipotéticos (heteronomía moral):
  • Imperativos hipotéticos: si se quiere alcanzar la felicidad (o el placer, o cualquier otro objetivo), se debe actuar de una manera determinada.
  • Imperativo categórico: se debe actuar de determinada manera sin condiciones, sin buscar objetivo alguno, porque nuestra conciencia racional misma nos impone ese deber.

Este imperativo categórico es formulado por Kant de cuatro maneras distintas:

  1. Obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal.
  2. Obra como si la máxima de tu acción debiera convertirse, por tu voluntad, en ley universal de la naturaleza.
  3. Obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio.
  4. Obra siguiendo las máximas de un miembro legislador universal en un posible reino de fines.

En definitiva, podemos caracterizar la ética de Kant como:

  • Idealista, puesto que la racionalidad del hombre no le viene dada como parte de una Razón común a toda la Naturaleza (estoicismo), sino que la racionalidad que creemos ver en la Naturaleza es un producto de la actividad racional humana.
  • Formalista, porque la voluntad humana, para ser verdaderamente ética, es decir, autónoma, no debe seguir como criterio el contenido material de los imperativos hipotéticos (la felicidad, el placer…), sino la forma misma (universalidad, necesidad) del imperativo categórico.
  • Ética del deber. Piensa que cumplir el deber es más importante que conseguir la felicidad. En este sentido, está más cerca de los estoicos que de los epicúreos o aristotélicos.

5. Utilitarismo

El utilitarismo, o hedonismo social, es una corriente ética que, originada en los siglos XVIII y XIX, hunde sus raíces en la filosofía de Epicuro. Se trata de una posición opuesta a la de Kant, pues el utilitarismo juzga las decisiones morales dependiendo de sus consecuencias o fines (tales decisiones serían, pues, «imperativos hipotéticos»).

El utilitarismo sostiene que «bueno es aquello que promueve la felicidad» y a la vez que «el mayor bien es la mayor felicidad para el mayor número posible de personas».

El utilitarismo valora las acciones humanas no por lo que son en sí mismas, sino por las consecuencias que producen (ética consecuencialista, también llamada finalista). Las consecuencias de las acciones se valoran, y en su caso se prescriben, según la cantidad de felicidad que aportan para el mayor número posible. Para valorar la cantidad de felicidad o placer, hay que recurrir a un cálculo utilitarista. El utilitarismo fue desarrollado de manera sistemática por Jeremy Bentham, James Mill y John Stuart Mill.

Dentro de la teoría utilitarista, se distingue entre un utilitarismo de la regla y un utilitarismo de la acción. Según el primero, no son las acciones individuales las que hay que someter al principio moral de la utilidad, sino una regla general de acción, similar al principio formal de la moral de Kant: «obra siempre según el principio de la mayor felicidad para el mayor número. El utilitarismo de la acción, en cambio, sostiene que es obligatorio aquel acto que, para cada momento, produce la mayor felicidad; una acción concreta puede ser moral, precisamente por las consecuencias de bienestar para un mayor número, aun cuando dicha acción vaya en contra de alguna regla general moral, como por ejemplo «no mentir».


6. Karl Marx

Karl Marx (s. XIX) comparte con los utilitaristas la idea de que el fin de la acción humana debe ser el mayor bienestar social, pero se diferencia de ellos en su concepción de la sociedad como conflicto, debido al protagonismo en la historia de la lucha de clases.

Marx ataca la tradición idealista iniciada por Kant y declara que la esencia humana no surge de una conciencia pura, sino del trabajo, es decir, de las condiciones materiales de vida y de transformación de la naturaleza. El hombre es un ser natural, pero es hombre porque trabaja, lo que le diferencia de los animales. En la actividad material de transformación de la naturaleza se transforma también el hombre. Por esta razón, «lo que los individuos son depende de las condiciones materiales de su producción». La esencia no está en las ideas, sino en las condiciones de vida material, y más concretamente, en la producción de los medios de subsistencia.

Marx pensaba que el motor de la historia es el conflicto, la lucha entre clases antagónicas: amos frente a esclavos, señores frente a siervos. La sociedad actual capitalista se fundamenta en la plusvalía: el empresario paga al asalariado, no el valor producido por éste, sino sólo el costo de su fuerza de trabajo. Por tanto, considera Marx que al trabajador se le arrebata parte del fruto de su trabajo; a este fenómeno lo llama alienación.

Marx creía que el conflicto de clases acabaría desembocando en una revolución de los trabajadores, por lo que se constituiría una sociedad sin clases, igualitaria y justa: la sociedad comunista. Sin embargo, los intentos de poner en práctica el comunismo han dado lugar a sistemas totalitarios donde unos Estados muy burocratizados sometieron a sus pueblos a –por lo menos– tanta alienación como la de los sistemas capitalistas.

Sin embargo, algunas corrientes éticas actuales, aunque alejadas del ideario comunista, beben de la crítica que hizo Marx al capitalismo:

  • El feminismo. Considera que las mujeres han sido una clase explotada a lo largo de la historia, ya que su trabajo tradicional (cuidar a otras personas) ni ha sido retribuido ni valorado socialmente.
  • El ecologismo. El crecimiento económico sin límites que propone el capitalismo no es sostenible, ya que nuestro planeta es finito y sus recursos son limitados.
  • El movimiento antiglobalización denuncia el aumento de la desigualdad en el mundo, pues los capitales se concentran cada vez en menos manos: las de los grandes poderes financieros y las corporaciones trasnacionales.